Lo único que nos detiene es nuestra voluntad.
De esos momentos donde tengo un titipuchal de antojo por algo dulce, sabroso, delicioso y engordante pero luego recuerdo que estoy redonda, que ya comí, que estoy más que satisfecha y que en unas horas voy a entrenar.
=(
Y a pesar de eso, sigo con ganas de eso.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario